Old Parr en Colombia: Una historia que fluye con nosotros
Un whisky escocés. Una historia que se volvió nuestra.
Autor: The Bar Colombia
Pocas marcas extranjeras han logrado lo que Old Parr ha construido en Colombia: no solo es un whisky, es un símbolo cultural. Desde celebraciones familiares hasta brindis entre amigos, Old Parr se ha ganado un lugar en la mesa, en el corazón y en las historias de millones de colombianos.
Pero, ¿cómo un whisky nacido en Escocia hace más de un siglo terminó convirtiéndose en el licor insignia de los momentos importantes en Colombia?
De Escocia a nuestras mesas: una herencia bien servida
Old Parr nace en Londres en 1909, en honor a Thomas Parr, un inglés que —según la leyenda— vivió 152 años. Su longevidad representaba lo que los fundadores querían transmitir: sabiduría, carácter y tiempo bien vivido.
La mezcla maestra que hoy conocemos como Old Parr Deluxe 12 años reúne maltas añejas, con una suavidad elegante y notas dulces y ahumadas. Pero su vínculo con Colombia comenzó décadas más tarde, cuando el whisky empezó a llegar a América Latina y encontró aquí una conexión emocional única.
¿Por qué Old Parr se volvió tan colombiano?
Porque entendió algo esencial: los colombianos no beben solo por beber, sino para compartir.
El ritual del Old Parr encajó perfecto con nuestra forma de entender la vida: cercana, alegre, sin pretensiones, pero con estilo.
Durante años, Old Parr ha acompañado los momentos más especiales:
- las navidades en familia
- los cumpleaños del papá
- los brindis por un nuevo trabajo
- las tertulias después del almuerzo
- las fiestas que empiezan sin saber cuándo van a terminar.
Y siempre está ahí, como el testigo de los momentos que fluyen sin esfuerzo.
Elegancia sin ruido: la esencia del “Que fluya”
En Colombia, Old Parr representa una elegancia relajada, alejada del protocolo, pero fiel al estilo.
El concepto actual de la marca, “Que fluya”, refleja ese espíritu que tantos reconocemos: brindar sin apuros, dejar que el momento se construya solo, y saborear cada trago con calma.
Por eso, cuando se sirve Old Parr en un encuentro, no hace falta decir mucho, todos entienden que es un momento especial, aunque nadie lo haya planeado así.
Presente en nuestras celebraciones… y en nuestra memoria
Hoy, Colombia es uno de los mercados más fuertes del mundo para Old Parr. Y eso no es una coincidencia.
Es el resultado de una historia construida juntos: entre marca y país, entre whisky y cultura, entre pasado y presente.
Old Parr no solo fluye en nuestras copas. Fluye en nuestra forma de compartir la vida, y mientras sigamos celebrando los encuentros auténticos, ese lazo solo se hará más fuerte.
Porque aquí, Old Parr ya no es un invitado, es parte de la familia.
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